Jueves, 13 de agosto del 2oo9, hoy juegan los cheleros del San Antonio. Son las 8 de la mañana en el cole, la expectativa es tremenda en los pabellones, todos comentan acerca del evento; hablan de ir, o no; de si perderán, ganarán o empatarán; pero todos tienen la confianza de que los peloteros que nos representan darán un muy buen partido.
Los chicos se muestran relajados, no es la primera final de muchos; aún así, deben estar un poco presionados por el sentimiento agobiante de traer la copa a casa.
Los chicos se muestran relajados, no es la primera final de muchos; aún así, deben estar un poco presionados por el sentimiento agobiante de traer la copa a casa.
12 del mediodía, los jugadores van a nutrirse. Comen como si no existiera un mañana cercano, ¡ya muchachos!, me compadezco del pobre plato: ¡dejen de rasgarlo, por el amor de Dios!
En fin, ahora que ya están bien “papeados” están listos para matar.
Estamos en clase de historia, haciendo resúmenes sobre Piérola, sus reformas y la experiencia que tuvo con el caucho. De pronto, se adentran en el salón un trío de gringos, con micrófono y cámara en mano, seguidos del equipo de fútbol. Eran de una página deportiva de internet: LaNueve. Comenzaron a hacer preguntas a algunos del salón; iniciaron a entrevistar a las más linda y dulce del salón: Desireé. Toda diva ella, dijo que esperaba que el ganador del encuentro sea el San Antonio, obviamente. Luego pasaron a entrevistar a Rubí, a Joshua, a mí y a Roberto, que no tuvo mejor idea que ponerse a animar la grabación cantando.
Estamos en clase de historia, haciendo resúmenes sobre Piérola, sus reformas y la experiencia que tuvo con el caucho. De pronto, se adentran en el salón un trío de gringos, con micrófono y cámara en mano, seguidos del equipo de fútbol. Eran de una página deportiva de internet: LaNueve. Comenzaron a hacer preguntas a algunos del salón; iniciaron a entrevistar a las más linda y dulce del salón: Desireé. Toda diva ella, dijo que esperaba que el ganador del encuentro sea el San Antonio, obviamente. Luego pasaron a entrevistar a Rubí, a Joshua, a mí y a Roberto, que no tuvo mejor idea que ponerse a animar la grabación cantando.
La salida, cada uno ve a qué hora llegará al Claretiano a presenciar el encuentro.
Por mi parte, llegué justo cuando estaba empezando el segundo tiempo.
Por mi parte, llegué justo cuando estaba empezando el segundo tiempo.
Para hacer mi camino hasta la barra del San Antonio, tuve que atravesar por la barra del Junior. Estaba peor que un funeral; mientras que la barra de mi colegio, parecía la barra popular de la “U”. Vivían cada jugada realizada por los muchachos; pifeaban cada jugada del rival; y reclamaban cada jugada que el árbitro no cobraba (pobre la mamá del juez, no fue a ver el partido, pero la barra la tenía presente en todo momento).
Estábamos ganando por un marcador de 2 a 1, hasta que llegó una jugada infortunada que permitió que el Junior pasara a empatar el partido.
La emoción iba subiendo, íbamos a penales. Cada jugador se alistaba para dar el mejor tiro que pudiera. Cada tiro fue vivído con gran ímpetu. Al final, como siempre, nos impusimos ante el Junior, un digno rival.
¡Felicitaciones muchahos! ¡Campeones por siempre!
La emoción iba subiendo, íbamos a penales. Cada jugador se alistaba para dar el mejor tiro que pudiera. Cada tiro fue vivído con gran ímpetu. Al final, como siempre, nos impusimos ante el Junior, un digno rival.
¡Felicitaciones muchahos! ¡Campeones por siempre!
